La palabra sánscrita "asana" significa "postura".

Los asanas son determinados esquemas corporales tendentes a ejercer definidos efectos sobre el cuerpo y sus funciones, el carácter, las energías, la mente y el sistema emocional.
A través del control sobre el cuerpo se va obteniendo el control sobre la mente.
Toda asana o posición corporal del yoga exige necesariamente la observación estricta de una técnica y unos requisitos insoslayables, lo que redunda en beneficio del cuerpo y de la mente.
El asana es una técnica de persuasión positiva para el cuerpo y la mente. Está al alcance de cualquier persona y trabaja a niveles muy profundos.
Son varias la posturas de yoga, si bien ochenta y cuatro son las tradicionales y de ellas alrededor de unas veinte las más básicas o fundamentales. Han sido designadas con nombres de animales, plantas, héroes, sabios, magos y divinidades o también según las características del asana en sí.
Mediante la ejecución de los asanas, el practicante aprende a familiarizarse con su esquema corporal, a controlarlo y a utilizarlo de instrumento para lograr la
conquista y dominio de la mente. El cuerpo se vuelve un vehículo para el desarrollo de la atención mental. Todo asana colabora en el progreso de la mente y sus funciones y, además, refrena las acrobacias perniciosas del subconsciente.
La asana es así una técnica de perfeccionamiento somático, mental y psicosomático. Mente y cuerpo se reencuentran a través del asana.
Se aprende a controlar la actividad neuromuscular, se purifican las energías, se tranquiliza la mente y se pacifican las emociones. No hay asana que no exija una reeducación de la mente, el cuerpo y el carácter. Hasta el más simple determina una forma de control. Restablece las funciones orgánicas y equilibra la acción psicosomática.

Naturalmente el asana es tanto más eficaz cuanto mejor se cumplan los requisitos que el mismo impone.
Tales son:
El asana debe hacerse y deshacerse con movimientos lentos y controlados, estando contraindicado todo movimiento rápido o impulsivo.
Todo asana debe resultar estático una vez que se haya efectuado hasta donde sea posible según la capacidad del practicante. El asana se mantiene durante un tiempo determinado antes de proceder a deshacerse
Durante la ejecución del asana es conveniente efectuar una respiración pausada uniforme y siempre nasal. Cada asana va imponiendo el grado de profundidad de la respiración según sus características.
Durante la ejecución del asana la mente se fija en una zona determinada del cuerpo o en la postura misma.
Es necesario evitar la divagación mental y aprender a mantener la mente concentrada durante la realización de la postura. Así todo asana exige no solamente el control del cuerpo, sino también de la mente. La mente es un factor esencial en la ejecución de los asanas, ya que éstos no solamente buscan implicaciones fisiológicas, sino también mentales y psicológicas.
Todo esfuerzo excesivo está absolutamente contraindicado. La realización de los asanas exige esfuerzos graduales y racionales, pero nunca excesivos. El practicante tiene que respetar su propia capacidad, naturaleza y posibilidades. Esta prescripción debe ser aún más estrictamente observada por las personas mayores, los enfermos y los practicantes débiles.

Todo asana exige tres tipos de control:
Sobre el cuerpo, a través de una ejecución lenta y consciente y logrando la inmovilidad una vez ejecutado el asana.
Sobre las energías, mediante una respiración lenta, pausada y nasal.
Sobre la mente, a través de una correcta actitud interior y la concentración
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